Un legado que trasciende

Donde la historia y el arte se entrelazan, preservando la esencia del barroco madrileño.

La historia de la iglesia

Un patrimonio sublime

Foto antigua de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava con tranvías, carros con caballos y gente caminando
Vista de la iglesia en el siglo pasado

Origen y fundamento: La orden militar de Calatrava

La iglesia de las Calatravas tiene sus raíces en la Orden Militar de Calatrava, fundada en el siglo XII para defender las tierras cristianas durante la Reconquista. Aunque de carácter guerrero, esta orden también creó una rama femenina, las Comendadoras de Calatrava, dedicadas a la oración y educación de las hijas de la nobleza.

El traslado a Madrid: Siglo XVII

En 1623, por mandato de Felipe IV, las Comendadoras se trasladaron de Almonacid de Zorita (Guadalajara) a Madrid. Aquí, construyeron el convento y la iglesia, que pronto se convirtieron en uno de los centros religiosos más importantes y concurridos de la ciudad.

El esplendor de la corte

El convento de las Calatravas, como lo conocía el pueblo, se convirtió en un lugar clave de la Corte. Según el periodista Ricardo Sepúlveda, era un espacio donde se reunían nobles y caballeros para discutir tanto asuntos de la Orden como intrigas cortesanas, todo en un ambiente aristocrático y refinado.

Vista de las Calatravas en el siglo pasado, cuando su cúpula dominaba las alturas de la calle de Alcalá.

La destrucción del convento y la preservación de la iglesia

Durante el Sexenio Democrático (1868-1874), el convento fue demolido debido a las políticas de desamortización, pero la iglesia fue salvada, al parecer gracias a la intervención de Manuel Silvela. Este episodio, aunque rodeado de diversas versiones románticas, es confirmado en las Cortes en 1870, garantizando la preservación de la iglesia.

El siglo XX: deterioro y restauración

A lo largo del siglo XX, la iglesia sufrió el abandono y la falta de mantenimiento, llegando a un grave estado de deterioro. Sin embargo, a principios del siglo XXI, se inició un ambicioso programa de restauración que devolvió a la iglesia su esplendor original.

El declive y la salvación de la iglesia

Volvió a brillar con todo su esplendor

Foto antigua de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava desde la fuente de la Cibeles
Vista desde la fuente de Cibeles

La iglesia hoy

Se levanta majestuosa en la calle de Alcalá

Visitas y conservación

Hoy en día, la iglesia de las Calatravas es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca madrileña del siglo XVII. Está abierta al público fuera de los horarios de celebración litúrgica, permitiendo a los visitantes admirar su interior restaurado y su imponente fachada.
La cúpula vista desde el exterior, es octogonal, y aunque durante siglos dominó el horizonte de la calle de Alcalá, en el siglo XX quedó como aplastada y escondida por los modernos edificios que se han construido a su alrededor.

Arte en la iglesia

Arquitectura barroca. Simplicidad y grandeza.

La iglesia responde a la tipología conventual del barroco español, caracterizada por la simplicidad volumétrica y decorativa. Parece que las trazas fueron obra de fray Lorenzo de San Nicolás, uno de los arquitectos más destacados del barroco cortesano del siglo XVII. El edificio fue concebido como parte de un conjunto de edificaciones, destacándose del mismo los volúmenes de la cúpula y el crucero, éste muy poco saliente. La destrucción de las estancias contiguas nos ha privado de una lectura comprensible del edificio, y de este modo la iglesia aparece hoy empequeñecida y casi anulada por el entorno, muy lejos de la concepción original en la que se preveía que la cúpula destacase poderosamente en la perspectiva de la calle Alcalá, como muestran algunas fotografías antiguas.

En planta, el edificio presenta una solución intermedia entre la solución basilical y el plan central. Esto se debe a que el transepto está enormemente desarrollado en anchura (aunque apenas se trasdose al exterior) y en altura (por la prominente presencia de la cúpula), dominando de este modo el espacio interior, que se organiza según el esquema de nave con crucero y capillas.

Es llamativa la preferencia de las órdenes militares por los espacios centralizados, quizá como demanda o necesidad de ciertos ritos o ceremonias de los que se tiene constancia, como la investidura de nuevos caballeros.

Plano alzado del interior de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava
Planta del edificio

La iglesia responde a la tipología conventual del barroco español, caracterizada por la simplicidad volumétrica y decorativa. Parece que las trazas fueron obra de fray Lorenzo de San Nicolás, uno de los arquitectos más destacados del barroco cortesano del siglo XVII. El edificio fue concebido como parte de un conjunto de edificaciones, destacándose del mismo los volúmenes de la cúpula y el crucero, éste muy poco saliente.

 

La destrucción de las estancias contiguas nos ha privado de una lectura comprensible del edificio, y de este modo la iglesia aparece hoy empequeñecida y casi anulada por el entorno, muy lejos de la concepción original en la que se preveía que la cúpula destacase poderosamente en la perspectiva de la calle Alcalá, como muestran algunas fotografías antiguas.

El exterior

Levanta la mirada

Detalle del rosetón exterior de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava
Frontón y rosetón con la Cruz de Calatravas
Detalle de la imagen de la Virgen sobre la puerta exterior de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava
Virgen de la fachada, en estuco

Transformación en el siglo XIX

Es evidente la influencia de los modelos escurialenses en la sobriedad original del edificio, caracterizada por su severidad y apenas interrumpida por molduras sencillas y una decoración de placado. En el siglo XIX, el rey consorte Francisco de Asís ordenó redecorar el exterior de la iglesia al estilo romántico, siguiendo los diseños del arquitecto Juan de Madrazo y Kuntz. Este cambio le dio a la fachada principal, que da a la calle Alcalá, un aspecto más recargado.

Elementos arquitectónicos destacados

  • Fachada principal: Pilastras agrutescadas, veneras, almohadillado y esgrafiados adornan la fachada. Además, el curioso cornisamento con grifos tenantes refleja un estilo neoplateresco que contrasta con la sobriedad original de la arquitectura.
  • Color carmesí: Las paredes de la iglesia fueron recubiertas con un enfoscado de color carmesí, restaurado en la última intervención, que resalta entre los elementos decorativos.
  • Cruz de Calatrava: Esta emblemática cruz aparece tanto en el exterior como en el interior de la iglesia, destacándose en el rosetón que corona la entrada principal.

Detalles de la entrada

La entrada está formada por un arco de medio punto, flanqueado por pilastras con grotescos. El conjunto se remata con una hornacina que alberga una escultura en estuco de la Inmaculada Concepción, obra de Sabino Medina.

Nave y cúpula

  • Nave principal: Está cubierta por una bóveda de cañón con lunetos y se divide en tramos separados por pilastras elegantes que evocan el orden corintio.
  • Cornisa: Una prominente cornisa, sostenida por ménsulas pareadas, corona la nave.
  • Cúpula: En el centro del espacio, la cúpula domina la vista. Aunque en el exterior presenta un tambor octogonal, el interior es circular, sostenido por pechinas decoradas con frescos. La cúpula está coronada por una media naranja con nervaduras que le otorgan majestuosidad.

Coro

El coro se ubica a los pies de la nave, elevado sobre el nivel del suelo, proporcionando una visión completa del esplendor de la iglesia.


Crucero y alegoría real

En el crucero, opuesto a la entrada principal, se encuentra una portada singular:

  • Portada: Está formada por un vano con moldura quebrada y rematada por un magnífico escudo real sobre el dintel de la puerta.
  • Escudo real: Sobremontado con la cruz de Calatrava y sostenido por dos ángeles jóvenes. Dos leones, portando orbes a sus pies, flanquean el escudo, que está rodeado de guirnaldas de flores y el collar del Toisón de Oro.
  • Simbolismo: Este conjunto es una alegoría de la monarquía como protectora del convento y administradora de la Orden de Calatrava.

Atribución de la obra

Se ha sugerido que la obra podría ser de Bernini o Pietro Martino de Vaese, lo que añade aún más valor artístico a este magnífico espacio.

El interior

Luminoso y exuberante

Interior de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava mostrando la cornisa
Cornisa de la cúpula y pernisa en el crucero
Interior de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava mostrando la cúpula y las ventanas
Interior de la cúpula y las ventanas enrejadas

Portada en el crucero con el escudo de Carlos II

Frescos de las pechinas

Los frescos de las pechinas, representan a San Benito y San Bernardo, la aprobación de la regla por el papa Alejandro III y San Diego Velázquez, obras pintadas por el discípulo de Carreño, Francisco Ruíz de la Iglesia.

Impresionante retablo dorado con la Virgen en el centro de la Iglesia de la Concepción Real de Calatrava
El retablo mayor

Un tesoro del barroco español

El espacio de la capilla mayor es quizás la parte más impresionante del templo, presidido por un espectacular retablo que constituye una de las cumbres del estilo churrigueresco y del Barroco español.

El retablo mayor

  • Diseño y autoría: Realizado por José de Churriguera en la segunda década del siglo XVIII, este retablo de madera dorada y policromada es una de las obras más destacadas de este gran arquitecto, y la única en la capital.
  • Estilo churrigueresco: El retablo es un ejemplo perfecto del llamado Barroco exaltado o churrigueresco, caracterizado por una recargada decoración y una arquitectura que rompe con la división tradicional en calles y cuerpos, optando en su lugar por una monumental estructura en arco de triunfo.

Iconos dentro de la iglesia

Nati Cañada es la artista responsable de estas obras

Icono de los mártires de España del siglo XX.
Iconos de los mártires en España del siglo XX
Icono de San Juan Pablo II con la Catedral de la Almudena de fondo.
Icono de San Juan Pablo II

Hay tantas imágenes dentro de este templo, que un dicho popular de la época, decía que dentro “están todos los santos".

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