Mártires del siglo xx
Los que dieron la vida por Cristo en España
1. ¿Quiénes son los mártires del siglo xx en españa?
Fue antes y durante la Guerra Civil
Los mártires de la persecución religiosa
Los mártires del siglo XX en España son aquellos cristianos que, en medio de la persecución religiosa, prefirieron morir antes que traicionar su fe. Son personas comunes que demostraron una fe extraordinaria en tiempos difíciles, especialmente durante la Guerra Civil Española, cuando fueron asesinados por su pertenencia y lealtad a la Iglesia Católica.Un martirio masivo en los años 30
En el acto de beatificación celebrado en Tarragona el 13 de octubre de 2013, se honraron a 522 mártires. Entre ellos había 3 obispos, 97 sacerdotes, 3 seminaristas, 412 religiosos y religiosas, y 7 laicos, sumando en total 1523 mártires beatificados hasta la fecha. A pesar de que se reconoce que en los años 30 se asesinaron alrededor de 7.000 eclesiásticos, entre ellos 12 obispos y unos 4.000 sacerdotes seculares, junto con cerca de 3.000 religiosos y religiosas.El ejemplo de fe de los mártires en distintas épocas
La Iglesia beatifica a los mártires no solo por su sacrificio, sino porque ellos se configuran de manera especial con el sacrificio de Jesucristo. Al no renunciar a su fe, los mártires completan lo que falta a la pasión del Señor: el testimonio de amor extremo, aceptando la muerte con perdón en sus labios.
Las excusas políticas
Los mártires no son personas que buscaban el conflicto; fueron personas perseguidas por su fe. La Iglesia católica, al igual que otras confesiones, como la Iglesia ortodoxa rusa, canoniza a estos mártires no para condenar a sus verdugos, sino para destacar el ejemplo de amor y fe que estas personas mostraron en su vida.
2. ¿Por qué son beatificados por la iglesia?
La señal de que vamos por buen camino
3. Contexto histórico
Como los primeros cristianos
El siglo de los mártires
El siglo XX ha sido llamado “el siglo de los mártires” debido a la gran cantidad de cristianos asesinados en regímenes totalitarios de diversa índole. Estas persecuciones son comparables a las que sufrió la Iglesia en los primeros siglos, bajo el Imperio Romano, como en el caso del obispo Fructuoso y sus diáconos en Tarragona en el siglo III.Símbolo del misterio del mal y la victoria del bien
Hoy en día, los mártires ofrecen un ejemplo de generosidad y humanidad que la sociedad necesita. No solo se les venera como ejemplos de fe, sino también como poderosos intercesores. La Iglesia no pretende señalar culpables, sino destacar el potencial de vida y amor que los mártires representan, recordándonos que, en tiempos de crisis, la fe y el perdón son más poderosos que el odio.
La misa sobre los sepulcros de los mártires
Los mártires del siglo XX no solo son figuras religiosas, sino también símbolos de resistencia pacífica ante la violencia ideológica, recordando a la sociedad moderna la importancia de preservar la dignidad humana y los valores espirituales.
Este enfoque explica a la audiencia quiénes fueron los mártires, el contexto de su beatificación, y cómo sus vidas impactan la vida actual, dando un sentido más profundo de humanidad y espiritualidad a la sociedad de hoy.
4. Impacto y lección para la sociedad moderna
Hechos de otra pasta
Una obra de arte que une siglos de historia cristiana
Icono de los mártires del siglo xx
El icono es un óleo sobre tabla (2,27 x 1,53) de la pintora turolense-madrileña Nati Cañada, que trabajó en su confección desde julio de 2014 hasta enero de 2015.
En su parte superior aparecen 12 santos mártires, que resumen la historia universal del martirio, desde San Pedro y San Pablo, pasando por Santiago, San Juan Bautista, las santas hispanas Eulalia y Leocadia, hasta los mártires del siglo XX en todo el mundo: San Tichón de Moscú, San Cristóbal Magallanes (de México), Santa Teresa Benedicta de la Cruz (de Alemania), San Maximiliano Kolbe (de Polonia), San Marciano José (de Turón, Asturias) y el obispo prior de las Órdenes Militares, beato Narciso de Esténaga, mártir en Ciudad Real, que luce aquí la cruz de Calatrava, en referencia a aquella ciudad y a este templo.
Nombres de los mártires en el icono
Beato Orencio Luis, hermano de La Salle
Beata Concepción Pérez Giral, hija de la caridad
Beato Jesús Gesta de Piquer, hospitalario
Beata María de los Ángeles Ginard, celadora del culto eucarístico
San Pedro Poveda Castroverde, fundador de la Institución Teresiana
Beata María Sagrario de San Luis Gonzaga, carmelita descalza
Beato Avelino Rodríguez Alonso, agustino
Beata Manuela del Sagrado Corazón, adoratriz
Beato José Gafo, dominico
Beato Daciano, hermano de La Salle
Beata Pilar Isabel Sánchez, hija de la caridad
Beato Ramón Touceda Fernández, hospitalario
Beato Antonio Mateo Salamero, capellán de La Salle, de Griñón
Beato Vicente Toledano, párroco de Uclés (Cuenca)
Beato Arturo García de la Fuente, agustino
Beata Rosaura de María, adoratriz
Beato Vidal Gómara, dominico
Beato Teófilo Fernández de Legaria, de los Sagrados Corazones
Beata Clementina Francisca, sierva de María
Beato Alberto Marco Alemán, carmelita
Beato Cándido Castán, laico, sindicalista católico
Beato Federico Cobo, laico, postulante salesiano
Beato Luis Campos Górriz, laico, de la A. C. de Propagandistas
Beata Gertrudis, franciscana de la Madre del divino Pastor
Beato Francos Esteban Lacal, oblato de María Inmaculada
Beata María Gabriela, salesa
Beato Benigno José, marista
Beato Javier Goresterratzu, redentorista
Beato Saturnino de Bilbao, capuchino
Beato Miguel Léibar, marianista
Beata Rita Pujalte, hermana de la caridad del Sagrado Corazón
Beato Santiago de Jesús, trinitario
Beato Juan Pedro de San Antonio, pasionista
Beato Enrique Saiz Aparicio, salesiano
Beata María Petkovic, fundadora de una congregación religiosa croata
Beato Manuel de la Sagrada Familia, jerónimo
En la parte inferior del icono aparecen 36 santos mártires, que representan a los 402 mártires del siglo XX en Madrid. En el territorio madrileño hay 32 lugares donde se veneran los sepulcros de este blanco ejército de mártires del siglo XX. Son las memorias martyrum o memoriales de los mártires, sobre los que el Arzobispado de Madrid ha publicado una guía titulada: Memoriae martyrum. Guía de los santos mártires del siglo XX en Madrid (BAC, Madrid, 2015).
Los santos mártires se agrupan bajo la Cruz gloriosa y en torno a la Madre de Dios, en su advocación de la Almudena, flanqueada por el patrono de Madrid, San Isidro, y su esposa, Santa María de la Cabeza. La silueta de la catedral de la Almudena evoca la iglesia diocesana de Madrid.
Entrevista, libros y noticias
Fotografías de la presentación del icono en la iglesia de las calatravas
Cantando el legado de la fe
Himnos en honor a los mártires
Semillas de Paz
Letra: José Luis Moreno, pbro.
Música: Luis Elizalde, CMF
Música: Luis Elizalde, CMF
Estribillo
Semillas de paz,
mártires de Cristo,
signos del amor,
valientes testigos,
antorchas de fe
en nuestro camino.
Estrofas
1. Es semilla de cristianos
vuestra sangre martirial,
es perdón de los hermanos
y esperanza de la paz.
Sois racimo bien maduro
que el Señor prensó en su cruz,
trigo sois limpio y fecundo
triturado por Jesús.
2. En España el siglo veinte
resplandece en santidad,
pues dais vida en vuestra muerte
a una nueva humanidad.
3. Entregadnos el testigo
que hoy queremos recoger,
por seguir en el camino
al Señor, Testigo fiel.
Dadnos gozo y valentía
al sembrar la paz y el bien,
proclamando en nuestra vida
la alegría de la fe.
Como los mártires
Luis Alfredo Díaz Brito
y ya no volvieron atrás.
A’ – Sabían de quien se fiaban
y esa razón pudo más.
B – Llevaban los ojos vendados
atados de manos y pies.
A – Pero el corazón palpitando
henchido de amor y de fe.
C – Como los mártires,
nuestros hermanos
de tierra hispana,
queremos ser:
dar nuestras vidas
unir las manos
y prepararnos
para un nuevo amanecer.
A – Si hoy nuestros pasos vacilan
si hoy se nos cansa la fe.
A’ – Debemos fijar nuestros ojos
en Cristo y con fuerza creer.
B – Quitar de los ojos las vendas
librar nuestras manos y pies.
A – Y con corazón bien dispuesto
seguir como ellos tras Él.
C – Como los mártires,
nuestros hermanos
de tierra hispana,
queremos ser:
dar nuestras vidas
unir las manos
y prepararnos
para un nuevo amanecer.