El 19 de marzo, la Iglesia celebra la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. En muchos países, como España y México, esta fecha también coincide con el Día del Padre, resaltando la figura de San José como modelo de paternidad, dedicación familiar y contemplativo en la acción.
San José, el santo del silencio
Desde Stabat Mater, queremos compartir esta meditación especial del Padre Enrique Rueda, en este día en que celebramos la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús, nos encontramos con un gran santo que, desde su silencio, tiene mucho que enseñarnos.
Santa Teresa de Jesús, en el Libro de la Vida, nos deja una bellísima reflexión sobre San José:
“A otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, mas a este glorioso santo tengo experiencia que socorre en todas.”
Y añade algo aún más impactante:
“Me parece que cada año, en su día, le pido alguna cosa y siempre la veo cumplida.”
Estas palabras nos invitan a confiar en la poderosa intercesión de San José. Hoy, en su solemnidad, pidámosle alguna gracia y dejemos que el Señor nos sorprenda con su cumplimiento.
San José: modelo de contemplación
La oración puede ser simplemente esto: contemplar a San José en su vida de Nazaret.
San José no fue un predicador ni un personaje público, sino un hombre que vivió en la sencillez de lo cotidiano. En esa vida silenciosa y escondida, fue contemplativo en la acción.

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Imaginemos por un momento a San José en su taller en Nazaret:
- Trabajando en su carpintería, con las manos ocupadas, pero con el corazón y la mirada puestas en Jesús y María.
- Asombrándose al ver que Jesús, el Hijo de Dios, aprende de él.
- Enseñándole a Jesús a manejar las herramientas y a hacer su trabajo con amor.
- Mostrándole con su ejemplo cómo dirigir la mirada al Padre celestial en cada tarea diaria.
Estas escenas de Nazaret nos revelan un modelo de vida en el que la oración y el trabajo no están separados, sino que forman una unidad. San José nos enseña a encontrar a Dios en lo cotidiano.

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Este libro sobre San José, quiere contribuir a que se cumplan los deseos del Papa Francisco para el año de San José (2021). Recoge en síntesis lo que la figura de san José representa, lo extraordinario de su misión, y sus maravillosas virtudes, que le hacen ejemplo sublime de esa santidad sencilla, humilde y recia, a la que Dios llama a la inmensa mayoría de los cristianos.
El corazón de San José
El corazón de San José está lleno de amor, gozo y también de dolor. Y explicamos cada una de estas características:
- Amor, porque Dios le confió lo más grande: custodiar a Jesús y a María.
- Gozo, porque su vida estuvo llena de la presencia de Dios.
- Dolor, porque vivió pruebas y sufrimientos, desde la huida a Egipto hasta la incertidumbre de cada día.
Este corazón enorme de San José es un refugio seguro para nosotros. En la oración, podemos acudir a él y pedirle que nos contagie su silencio interior y su mirada contemplativa.
Oración a san José
Para terminar nuestra meditación, hagamos esta oración pidiendo a San José que nos enseñe su humildad y su servicio desinteresado:
Enséñanos, José,
cómo se es no protagonista,
cómo se avanza sin pisotear,
cómo se colabora sin imponerse,
cómo se ama sin reclamar.Dinos, José,
cómo se vive siendo el número dos,
cómo se hacen cosas fenomenales desde un segundo puesto,
cómo se es grande sin exhibirse,
cómo se lucha sin aplauso,
cómo se avanza sin publicidad,
cómo se persevera y se muere
sin esperanza de que le hagan un homenaje.Amén.
San José y el día del padre
En muchos países, el 19 de marzo, solemnidad de San José, es también el Día del Padre. No es casualidad: San José es el modelo de paternidad cristiana. ¿Qué podemos aprender de él como padres, como hijos, como cristianos?
- Que la paternidad no es solo engendrar, sino custodiar, educar y amar con generosidad.
- Que ser grande no significa ocupar el primer puesto, sino servir en lo escondido.
- Que la auténtica oración no es decir muchas palabras, sino vivir en la presencia de Dios.
Conclusión: dejémonos guiar por San José
San José nos enseña que Dios actúa en lo sencillo, en lo oculto, en el silencio. Pidámosle hoy su intercesión y confiemos en su poderosa ayuda.
Si cada año, en su día, Santa Teresa pedía algo y lo veía cumplido, ¿qué le pedirás tú a San José hoy?