Jesús lava los pies a sus discípulos en Jueves Santo

Jueves santo: la eucaristía y el servicio en el corazón del Triduo Pascual

Este Jueves Santo nos invita a meditar el lavatorio de los pies, la eucaristía y los acontecimientos centrales de nuestra Redención, el núcleo esencial de nuestra fe: el Triduo pascual. En el que somos llamados al silencio y a la oración para contemplar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Que nos acompañe en este itinerario espiritual la Virgen Santísima. Ella, que siguió a Jesús en su pasión y estuvo presente bajo la Cruz, nos introduzca en el misterio pascual, para que podamos experimentar la alegría y la paz del Resucitado.

Jueves Santo, se celebra la institución de la eucaristía

El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío’. Asimismo también la copa después de cenar diciendo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío». (1Cor 11,23-25).

  1. Hoy se celebra la institución de la Eucaristía. Estas palabras manifiestan con claridad la intención de Cristo: bajo las especies del pan y del vino, Él se hace presente de modo real con su cuerpo entregado y con su sangre derramada como sacrificio de la Nueva Alianza. Al mismo tiempo, Él constituye a los Apóstoles y a sus sucesores ministros de este sacramento, que entrega a su Iglesia como prueba suprema de su amor.
  2. Con un rito sugestivo recordaremos, también, el gesto de Jesús que lava los pies a los Apóstoles (cfr Jn 13,1-25). Este acto se convierte, para el evangelista, en la representación de toda la vida de Jesús y revela su amor hasta el final, un amor infinito, capaz de capacitar al hombre para la comunión con Dios y hacerle libre.
  3. Al término de la liturgia del Jueves santo, la Iglesia deposita al Santísimo Sacramento en un lugar preparado a propósito, que representa la soledad del Getsemaní y la angustia mortal de Jesús. Ante la Eucaristía, los fieles contemplan a Jesús en la hora de su soledad y rezan para que terminen todas las soledades del mundo. Este camino litúrgico es, por otro lado, una invitación a buscar el encuentro íntimo con el Señor en la oración, a reconocer a Jesús entre quienes están solos, a velar con él y a saberlo proclamar luz de la propia vida.

Textos para la meditación del Jueves Santo

1. Jesús vencido por el tierno cariño (Beato Guerrico de Igny)

Jesús amaba a estos pequeñuelos suyos con un amor digno de su grandeza. Veía cómo todos aquellos a los que había arrancado de las costumbres del mundo renunciaban a toda esperanza mundana y dependían solamente de Él. Sin embargo, durante el tiempo que Él quiso vivir con ellos en su cuerpo, no les prodigó su afecto de manera ligera; se mostró con ellos más firme que tierno, como conviene a un maestro y a un padre.

El Beato Guerrico de Igny medita sobre el misterio del Jueves Santo

Pero cuando llegó el momento de separarse de ellos, pareció vencido por el tierno afecto que les profesaba, y no pudo disimular la abundancia de su dulzura, que hasta entonces les había ocultado. De ahí estas palabras de la Escritura: «Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin los amó hasta el extremo». Porque, entonces, en cierto modo, dio libre curso a la fuerza de su amor por sus amigos, antes de derramarse a sí mismo como agua por sus enemigos.

Les dio el sacramento de su cuerpo y de su sangre, e instituyó su celebración. No sé si es más de admirar su fuerza o su caridad cuando inventó esta nueva manera de permanecer con ellos para consolarlos por su partida.

Te puede interesar: Los Mártires del Siglo XXI en España

2. Jesús, pan de vida (Santa teresa de calcuta)

Cuando Jesús vino a este mundo, lo amó tanto que dio su vida por él. Vino para satisfacer nuestra hambre de Dios. ¿Y cómo lo ha hecho? Él mismo se convirtió en Pan de Vida. Por nosotros se hizo pequeño, frágil, desarmado. Las migajas de pan son tan minúsculas que incluso un bebé las puede masticar, incluso un agonizante las puede comer. Se hizo Pan de Vida para calmar nuestro apetito de Dios, nuestra hambre de amor.

Madre Teresa de Calcuta y el espíritu del Jueves Santo

Yo creo que jamás hubiéramos podido amar a Dios si Jesús no se hubiera hecho uno de nosotros. Y para hacernos capaces de amar a Dios, se hizo uno de nosotros en todo, excepto en el pecado. Creados a imagen de Dios, hemos sido creados para amar, porque Dios es amor.

Por su pasión, Jesús nos ha enseñado cómo perdonar por amor, cómo olvidar con humildad. ¡Encuentra a Jesús y encontrarás la paz!

3. Jesús tomó el pan (Santa isabel de la trinidad)

Creo que nada manifiesta tanto el amor de Dios a los hombres como la Eucaristía. Es la unión, la consumación. Es Él en nosotros y nosotros en Él. ¿No es esto ya el cielo en la tierra? Es el cielo en la fe mientras esperamos la visión facial tan deseada.

Entonces nos saciaremos cuando aparezca su gloria y cuando le veamos en la luz. ¿No cree que es un reposo para el alma pensar en ese encuentro, en esa entrevista con el único al que ella ama? Todo desaparece entonces, y tenemos la impresión de que penetramos ya en el misterio divino.

Santa Isabel de la Trinidad y el silencio del Jueves Santo
Santa Isabel de la Trinidad: el alma unida a Cristo en el silencio del Cenáculo

Ruegue para que yo viva plenamente mi vocación de esposa, para que sea pura disponibilidad y permanezca vigilante en la fe, a fin de que el Señor me lleve por donde Él quiera. Desearía permanecer constantemente junto Aquel que conoce todo el misterio para que me lo enseñara. “El lenguaje del Verbo es la infusión del don”. Es así como Él habla a nuestra alma en el silencio. Ese amado silencio es un paraíso.

Desde la Ascensión hasta Pentecostés hemos estado de retiro espiritual en el Cenáculo, esperando la venida del Espíritu Santo. Era maravilloso. Durante toda la octava tenemos expuesto el Santísimo Sacramento en el oratorio. Se pasan horas divinas en ese rincón del cielo donde poseemos la visión beatífica en sustancia bajo la humilde hostia. Sí, es el mismo a quien los Bienaventurados contemplan en la luz y nosotros adoramos en la fe.

Le mando este hermoso pensamiento que me escribieron hace unos días: “La fe es el cara a cara en las tinieblas”. ¿Por qué no va a serlo para nosotros si Dios está dentro de nuestro ser y sólo exige entrar en posesión de nosotros como hizo con los santos?

Te puede interesar: San José, contemplativo en la acción

4. Debemos dejarnos lavar los pies (Benedicto XVI)

En un primer momento, Pedro no quería dejarse lavar los pies por el Señor. Esta inversión del orden, es decir, que el maestro, Jesús, lavara los pies, que el amo realizara la tarea del esclavo, contrastaba totalmente con su temor reverencial hacia Jesús, con su concepto de relación entre maestro y discípulo. “No me lavarás los pies jamás” (Jn 13, 8), dice a Jesús con su acostumbrada vehemencia.

Su concepto de Mesías implicaba una imagen de majestad, de grandeza divina. Debía aprender continuamente que la grandeza de Dios es diversa de nuestra idea de grandeza; que consiste precisamente en abajarse, en la humildad del servicio, en la radicalidad del amor hasta el despojamiento total de sí mismo…

Benedicto XVI: el lavatorio de los pies y la confesión
“El lavatorio de los pies es también una confesión vivida” – Benedicto XVI

Necesitamos el “lavatorio de los pies”, necesitamos ser lavados de los pecados de cada día; por eso, necesitamos la confesión de los pecados, de la que habla san Juan. Debemos reconocer que, incluso en nuestra nueva identidad de bautizados, pecamos. Necesitamos la confesión tal como ha tomado forma en el sacramento de la Reconciliación. En él, el Señor nos lava sin cesar los pies sucios para poder así sentarnos a la mesa con Él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Iglesia de la Concepción Real de Calatrava.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Hostgator que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad